El centro y otros barrios han sufrido sus dos primeros apagones desde la implantación del sistema rotativo de deslastre
- El centro y otros barrios que hasta ahora no solían verse afectados por los cortes en el suministro eléctrico han sufrido ya los dos primeros apagones desde que, a mitad del pasado noviembre, entró en funcionamiento el sistema rotativo de deslastre
Ese sistema significa que cuando cae un grupo de la generadora, las líneas que quedan si carga rotan para que no siempre sean las mismas y, por ende, siempre también los mismos afectados. El sistema implementado en noviembre implica cambio de zonas cada dos apagones.
El centro y los barrios suministrados por las líneas 4 y 5, que son los de Loma Colmenar, República Argentina, Juan XXIII, Reyes Católicos, Rosales, Arcos Quebrados, Sidi Embarek, Claudio Vázquez y Miramar, debutaron en diciembre.
El día 2 de ese mes sucedió el primer corte desde que empezó este nuevo sistema. Ocurrió diez minutos antes del mediodía y se prolongó hasta catorce minutos después de las 12.00 horas. La causa, de origen desconocido, se produjo en la central generadora de energía.
El segundo sorprendió a ciudadanos y hostelería el pasado domingo justo a la hora de comer. Comenzó a las 14.41 horas y se prolongó hasta las 15.03 horas. En este caso, un fallo de combustible acarreó el disparo de tres líneas y la consiguiente caída del suministro.
Los próximos dos apagones por la caída de un grupo generador de energía los sufrirán los barrios suministrados por la línea 12, la que siempre se deslastraba antes en situaciones de ese tipo, que lleva la luz hasta San José, Regulares, Terrones, avenida Lisboa, Zurrón, Romero de Córdoba, Loma Larga, Juan Carlos I, Erquicia, Príncipe, Loma Margarita, Viña Acevedo y Benítez.
Para la solución definitiva a esta situación, salpicada de cortes de luz, habrá que esperar hasta fin de año. Para entonces está prevista el fin de la obra de conexión de Ceuta a la red eléctrica peninsular mediante cable submarino, obra sin parangón en lo cuantitativo -la inversión requerida asciende a 300 millones de euros- y difícil de igualar en lo cualitativo: terminada esa infraestructura, Ceuta dejará de ser una isla energética.