Aprovechando el Día Mundial del Ictus 2024, el 29 de octubre, los responsables de las secciones de Neurología de Ceuta, Rafael Merino de Torres, y de Melilla, Rafael Soler González, representantes, además, de la Sociedad Española de Neurología (SEN) en dichos territorios, queremos concienciar a la población sobre la importancia de esta patología y la necesidad de extremar las medidas de prevención.
El ictus es un proceso súbito que supone un daño cerebral agudo, bien por una obstrucción de un vaso cerebral, bien por una rotura del mismo, con emisión de sangre a la zona adyacente. Siempre es un proceso grave, pero, dependiendo del territorio y extensión, puede ser muy grave, crítico o mortal.
Cada año, en España, 130.000 personas sufren un ictus, falleciendo la tercera parte a consecuencia del mismo, de forma directa o indirecta. El ictus es la principal causa de muerte en mujeres y la segunda en hombres, siendo la primera causa de discapacidad, de forma global, en nuestro país. Según datos del Instituto Nacional de Estadística (INE), en el año 2023 fallecieron más del doble de mujeres por ictus que por cáncer de mama, lo que nos da una idea de la enorme magnitud del problema. Se estima que en España, cerca de 400.000 personas viven día a día soportando las secuelas de haber padecido un ictus.
El problema en Ceuta y Melilla no es menor: en torno a 400 personas, entre las dos ciudades autónomas, sufren un ictus cada año, lo que implica un problema de salud de importancia inusitada y que requiere una respuesta proporcional y adecuada.
Por tanto, el Día Mundial del Ictus debe ser una fecha para la reflexión, tanto para los ciudadanos como para la Administración. Para los ciudadanos, potenciales pacientes, es importante extremar las medidas para prevenir un ictus: controlar su presión arterial, su glucemia, su colesterol y triglicéridos; no fumar; no beber alcohol; realizar una dieta sana mediterránea abundante en fruta y verdura, junto a un ejercicio físico diario moderado, lo cual contribuye a controlar el peso. Esta es la mejor receta para prevenir un ictus. Además, el control adecuado por parte de nuestro médico de familia y la detección precoz de problemas cardíacos y/o sistémicos completaría el panel de medidas preventivas.
Para la Administración, son muchas las medidas que han demostrado una mejora de la mortalidad, la morbilidad y la situación final tras un ictus y que, consideramos, deben implementarse en nuestros hospitales para mejorar la asistencia a nuestros pacientes. Entre ellas, nos gustaría resaltar las siguientes: la creación de Unidades de Ictus en Ceuta y Melilla; la instauración de guardias hospitalarias específicas de ictus en ambas ciudades; la instauración de laboratorios de Neurosonología en ambos hospitales de INGESA; la adecuada dotación de neurólogos, que nunca puede estar por debajo de la media estatal, como ocurre en estos momentos; la optimización de los circuitos de trombectomía y su gestión por parte de Neurología, incluyendo la innovación y el estudio de las diferentes posibilidades de tratamiento in situ; y la creación de consultas de alta resolución para patología cerebrovascular adecuando, además, los tiempos de consulta, que hoy en día están muy por debajo de la media hospitalaria de nuestro entorno.
Por último, queremos expresar nuestro firme compromiso de luchar por una mejor asistencia neurológica en ambas ciudades hermanas, objetivo que sólo podrá cumplirse si ciudadanos y Administración se adhieren al mismo en una alianza estratégica e imprescindible.