martes. 03.12.2024

El Centro Nacional de Epidemiología (CNE) del Instituto de Salud Carlos III (ISCIII) y el Ministerio de Sanidad han participado junto a otros investigadores europeos en un estudio publicado por la Red de Vigilancia Respiratoria de la Organización Mundial de la Salud (OMS) para Europa, donde se estima cuántas vidas se salvaron directamente al vacunar a los adultos frente a la COVID-19.

El trabajo, publicado en la revista The Lancet Respiratory Medicine, señala que, desde su introducción en diciembre de 2020 hasta marzo de 2023, las vacunas contra la COVID-19 redujeron las muertes debidas a la pandemia en al menos un 59%, salvando más de 1,6 millones de vidas en la Región Europea de la OMS.

En concreto, revelan que la cifra conocida de muertes por COVID-19 en Europa, actualmente de 2,2 millones, podría haber llegado a 4 millones sin las vacunas. La mayoría de las personas salvadas tenían 60 años o más; el grupo con mayor riesgo de enfermedad grave y muerte por infección de SARS-CoV-2.

“Los resultados son claros: la vacunación contra la COVID-19 salva vidas. Nuestros hallazgos nos recuerdan el papel integral que desempeñan las vacunas para garantizar que las personas vuelvan a una vida similar a la que tenían antes de la pandemia en toda la Región, en el trabajo y el ocio. Sin el enorme esfuerzo de vacunación, habríamos visto muchos más medios de vida afectados y familias perdiendo a los más vulnerables”, afirma la autora principal del estudio, Margaux Meslé, de la Oficina Regional de la OMS para Europa.

Asimismo, la investigación evidencia que países que implementaron programas de vacunación temprana que abarcaron a grandes sectores de la población obtuvieron el mayor beneficio en términos del número total de vidas salvadas.

El estudio revela que las campañas de comunicación que promueven la vacunación contra COVID-19 deben hacer hincapié en el valor de la vacunación contra COVID-19 para salvar vidas, a fin de garantizar que los grupos vulnerables estén al día con la vacunación antes de los periodos de posible aumento de la transmisión.

Y ello se debe a que los resultados confirman que recibir una vacuna COVID-19 actualizada sigue siendo una herramienta extremadamente eficaz para reducir tanto las hospitalizaciones como las muertes en personas de alto riesgo, lo que incluye personas mayores o inmunocomprometidas, aquellas con múltiples afecciones médicas subyacentes, mujeres embarazadas y personal de salud que pueden quedar fácilmente expuesto.

Las vacunas contra la COVID-19 salvaron la vida a 1,6 millones de personas en Europa
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