Rachid Sbihi se reunió con la delegada del Gobierno en Ceuta, Cristina Pérez Valero, para analizar la grave situación que existe en la forntera y el drama protagonizado por los numerosos episodios de “nadadores” que cruzan bordeando los espigones del Tarajal y de Benzú y que se ha acentuado notablemente en este último mes de agosto, cuando miles de personas han intentado arrojarse al mar introduciéndose, en muchos casos, varias millas mar adentro y nadando hasta diez horas, poniendo en grave riesgo sus vidas y las de los guardias civiles que han acudido a su auxilio.
La AUGC ha trasladado a la delegada una necesaria y permanente colaboración con las autoridades del país vecino (Marruecos) como viene ocurriendo en las últimas semanas, donde la Gendarmería (cuerpo nacional de Gendarmería del Reino de Marruecos) ha desplegado un gran número de agentes en sus arenales, ya que desde AUGC entienden que este fenómeno migratorio hay que atajarlo en su origen, porque una vez que estos “nadadores” se arrojan al mar la única misión de los guardias civiles es acudir a su rescate para evitar que se ahoguen como desgraciadamente viene ocurriendo con la aparición de cadáveres en nuestras costas.
A juicio de esta asociación, la ampliación de los espigones de la “muerte” y de la “vergüenza”, y la dotación de infraestructuras de apoyo al Servicio Marítimo y GEAS en sus arenales, son medidas clave para minimizar estos graves episodios. Para ello, es necesario reforzar la presencia con más vigilancia y así provocar también un efecto disuasorio.
La estrategia actual de estos “nadadores” es arrojarse al mar desde las playas que se encuentran a varios kilómetros del espigón del Tarajal introduciéndose mar adentro a varias millas para no ser detectados (aprovechando también la densa niebla en verano y los fuertes temporales de levante en invierno), debido principalmente también a que en estas últimas semanas el Ejército marroquí ha reforzado la vigilancia en sus arenales.
Sin embargo, AUGC mantiene la petición de ampliar ambos espigones, en previsión de que en el futuro las autoridades del vecino país decidan disminuir los efectivos de vigilancia en los arenales próximos a los mismos. Una ampliación que ya solicitaron anteriormente para que se estudiara después de la tragedia de febrero de 2014, donde precisamente fallecieron 15 inmigrantes de un grupo de 300 subsaharianos por aplastamiento mientras intentaban bordear a la carrera el espigón aprovechando la oscuridad de la noche y la marea baja; y también después de la crisis de mayo de 2021, donde todo el mundo pudo observar a familias al completo bordeando el espigón del Tarajal andando, sin necesidad de nadar.
Los episodios vividos este último mes evidencian, según la AUGC, la "urgente necesidad" de incrementar los medios materiales y humanos, ya que los agentes se han visto desbordados, teniendo que afrontar situaciones de mucho estrés con un enorme desgaste físico y psicológico.
Por otro lado, desde la asociación consideran necesario garantizar una seguridad adecuada y dotar de medios suficientes a los guardias civiles para que puedan desempeñar su labor en condiciones y hacer frente a situaciones como ésta y reclaman con firmeza al Gobierno y al Ministerio del Interior que tomen medidas urgentes.
El aumento de las plantillas es imperante, añaden, ya que el número de agentes es insuficiente ante las llegadas masivas como ocurría con los asaltos del vallado del perímetro fronterizo de cientos de personas procedentes del África Subsahariana. Y de esta forma, paliar el problema de raíz y no solo con refuerzos, que en ocasiones como estas, en las que no hay previo aviso, no son efectivos debido al tiempo que tardan en llegar desde la Península.
Sin embargo, en situaciones como las que se están dando actualmente, en las que hay una alarma activada debido a la difusión de vídeos en redes sociales que animan a cruzar a nado el espigón del Tarajal en la madrugada del domingo 15 de septiembre, se ha podido dar previo aviso y así desplegar una serie de refuerzos que ya están llegando a la ciudad.
Además, vuleven a pedir que se reconozca a los guardias civiles dentro de la profesión de riesgo, así como implantar la Zona de Especial Singularidad (ZES) en Ceuta debido a todos los fenómenos migratorios, al tráfico de drogas y al tráfico de personas, y así proceder al aumento de recursos materiales y humanos e incentivar al personal que se encuentra destinado en Ceuta.