viernes. 22.11.2024

El hijo de Mirfat Ahmed Mustafa no tiene la misma suerte que los niños diabéticos de Andalucía o de Madrid. Hace seis meses, este alumno de 5 años del CEIP Andrés Manjón debutó en diabetes y, a diferencia de lo que ocurre en otras autonomías, su centro carece de una enfermera escolar que lo pueda atender en horario lectivo si sufre una hipoglucemia o no puede inyectarse la insulina.

Son niños que necesitan de un cuidado directo, continuo y permanente y una atención sanitaria durante toda la jornada escolar porque tienen diabetes las 24 horas del día, los 365 días del año.

Su caso no es el único, solo en su centro hay otros niños diabéticos y con enfermedades crónicas, como epilepsia o intolerancias alimentarias, cuyas familias también los dejan en clase inseguros porque nadie cuida de su salud en el aula. Con la cantidad de horas que pasan allí puede suceder cualquier cosa y los padres y madres solo quieren respirar tranquilos sabiendo que habrá un profesional con conocimientos sanitarios para atenderlos. 

Mirfat Ahmed Mustafa teme que la ausencia de una enfermera escolar que controle en el colegio las hipoglucemias de su hijo derive en una pérdida de clases porque la madre tiene que llevárselo a casa para levantarle el azúcar e incluso al hospital. Sin mencionar cualquier emergencia que requeriría de la intervención de una ambulancia atada a protocolos que pueden demorar la asistencia.

Además, se opone a que esta desatención se prolongue más tiempo porque puede provocar que su hijo en el futuro pueda presentar otras necesidades educativas ocasionadas por una pérdida de clases debido a la diabetes que se podrían haber resuelto contando con una enfermera escolar en su centro como ocurría hasta el curso pasado.

Por estos motivos, entre otros, esta madre del Andrés Manjón, que cuenta con el apoyo de la AMPA del colegio, de SATSE y de su sindicato, reclama a las autoridades que la enfermera escolar pase a engrosar la plantilla orgánica de los centros en vez de estar sujeta a los cambios continuos de criterio por parte de la administración. Así lo pedirá formalmente a la Consejería de Educación y a la de Sanidad y Servicios Sociales así como al Ministerio de Educación y Formación Profesional (MEFP).

Mirfat Ahmed Mustafa se pregunta por qué esta figura sigue sin implantarse en los centros, que ahora son inclusivos y cuentan hasta con aulas TEA, y se limita al Centro de Educación Especial San Antonio cuando hay alumnos con necesidades en más colegios e institutos de Ceuta.

Tampoco entiende qué necesidad hay de que un docente esté con el corazón en vilo ante un ataque de epilepsia o cualquier otra complicación en la salud de un alumno pudiendo tener a una profesional en el mismo centro.  

En definitiva, una inversión clara de la sociedad a futuro de la cual las autoridades están privando a los ceutíes.

Una madre de un niño diabético pide que todos los centros educativos cuenten con una...
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