Márgenes y Vínculos recibe uno de los premios Activistas para el Futuro que otorga el Ministerio de Derechos Sociales
La Fundación Márgenes y Vínculos ha recibido uno de los Premios Activistas para el Futuro: una España mejor con la Agenda 2030, que concede el Ministerio de Derechos Sociales, por el trabajo que desarrolla en Algeciras su equipo de mujeres de Prointegra, proyecto de prevención y protección de mujeres víctimas y potenciales víctimas de violencia de género y sus hijos e hijas. La fundación es una de las ocho entidades premiadas de entre las ochenta y una que presentaron candidaturas a unos galardones que reconocen las actuaciones y buenas prácticas para la aplicación de la Agenda 2030 en todos los territorios del estado.
Prointegra ha obtenido el segundo premio de una de las cuatro modalidades de Activistas para el Futuro, la denominada Brecha de género y discriminación cero, que reconoce las iniciativas dirigidas a eliminar las barreras estructurales que originan discriminaciones y desigualdades y a garantizar la igualdad de género y una vida libre de violencia y marginación. Este segundo premio tiene una cuantía de 20.000 euros.
Prointegra es un proyecto de detección e intervención integral para la mejora de la seguridad de las mujeres migrantes y la defensa de sus derechos y necesidades, a las que la fundación ayuda en el proceso de reparación del daño psicológico sufrido ante la violencia de género y en la mejora de su bienestar personal, familiar y social. Está financiado por el Ministerio de Inclusión, Seguridad Social y Migraciones, con la cofinanciación de la Unión Europea a través del Fondo Social Europeo. La Fundación Márgenes y Vínculos lo desarrolla en sus sedes de Algeciras y Ceuta. Da asistencia individual o en grupo a las mujeres y ofrece de forma gratuita servicios de asesoramiento social, jurídico y psicológico, de acompañamiento y traducción. Organiza talleres de empoderamiento para prevenir situaciones de violencia de género dirigidos a mujeres y sus hijas e hijos. Otros talleres tratan de preparar a dichas mujeres para su acceso al mundo laboral.
El equipo de Prointegra ha atendido de manera individualizada, o en sus acciones formativas, a 1.060 mujeres y 139 hombres desde 2021 y en sus acciones de sensibilización han participado 833 mujeres y 134 hombres desde la misma fecha. Prointegra ayuda a todas las mujeres atendidas de manera individual a mejorar su situación personal y a ampliar su red de apoyo, es decir, a establecer relaciones con otras personas para acabar con su aislamiento social.
Las personas que trabajan en Prointegra tienen diferentes profesiones y también proceden de diferentes culturas. Algunas de ellas han vivido procesos migratorios en países de la Unión Europea y de terceros países. Esto hace que tengan una visión integral y comparativa de la respuesta a la violencia de género que puedan sufrir las mujeres migrantes. Hablan diversos idiomas, como el árabe, el francés, el inglés, o el amazigh, y conocen códigos culturales de las diferentes zonas de las que proceden la mayoría de las usuarias del proyecto. Profesionales y usuarias pueden, así, tener una comunicación fluida y cercana que permite a las primeras el entendimiento de los problemas reales de las mujeres, además de los derivados de su situación como víctima de violencia de género.
Márgenes y Vínculos sabe muy bien que las mujeres procedentes de otros países que sufren violencia de género tienen unas dificultades específicas para afrontar su situación y denunciar y emprender todo el proceso que es necesario para superar el delito y todas las consecuencias sociales y psicológicas que conlleva. Así se puso de manifiesto en una investigación que en 2021 realizó la fundación, dentro de Prointegra, que llevaba por título Informe diagnóstico sobre las mujeres migrantes que sufren violencia de género en el Campo de Gibraltar y Ceuta. Seiscientas noventa mujeres del Campo de Gibraltar acudieron en 2021 al juzgado como víctimas de violencia de género, de las cuales 140 eran migrantes, según el citado informe. Otras setenta y dos extranjeras fueron atendidas en el centro asesor de la mujer de Ceuta en el mismo periodo. Nadia Touati, responsable del proyecto, asegura que estas cifras siguen siendo la punta del iceberg. Afirma que, en Márgenes y Vínculos, cuando se atiende a mujeres migrantes por otros motivos, sigue siendo frecuente que, al enterarse de que la fundación presta asistencia a víctimas de violencia de género, estas usuarias informan a quien las está atendiendo de que ellas también lo son y solicitan incorporarse a Prointegra.
El citado trabajo utilizó información procedente de la comisaría de Algeciras, del servicio de asistencia a víctimas de Andalucía, adscrito al juzgado de violencia de género de Algeciras, y del centro de la mujer de Ceuta. Sus autores hicieron entrevistas en profundidad a diecisiete personas, algunas de las cuales eran mujeres migrantes que eran víctimas de violencia de género y otras eran trabajadoras sociales, psicólogas o asesoras jurídicas. Una de las conclusiones de este estudio es que la violencia de género es un delito macabramente singular. La víctima no sólo tiene en contra a su agresor. A veces también recibe la desconfianza, cuando no el desprecio, de quien debe ayudarla. Una parte de la sociedad en la que vivimos, por sistema, sigue negando que exista este delito y convierte a la víctima en sospechosa, cuando no en culpable.
La violencia de género es el único delito en el que, en algunos casos, la víctima tiene que demostrar con mucha paciencia que es cierto que es víctima, no ya para que el juez dicte sentencia, sino para que la policía la escuche y acceda a registrar su denuncia. Y si es inmigrante más, porque puede ocurrirle que, antes de pasar a contar lo que le han hecho, tenga que contestar a todo tipo de preguntas sobre su lugar de residencia, sus motivos para venir a España o su situación documental y la de sus hijos e hijas. Evidentemente, esto no pasa siempre y son mayoría los casos en que las cosas no son así porque los funcionarios cumplen bien con su deber y su labor y son mayoría los que son conscientes de que una víctima es, ante todo, víctima.
Los talleres de Prointegra para la prevención de la violencia de género hacen hincapié en los tipos de violencia de género, en estrategias para reconocerla y en aprender a actuar ante la misma, en los mitos del amor romántico y en las consecuencias de la violencia de género sobre la mujer y sobre sus hijos e hijas. Otros talleres informan a las mujeres sobre sus derechos y los de sus hijos e hijas y de los recursos públicos y privados de sus ciudades en materia de protección, salud y salud mental, empleo, derechos laborales, prestaciones sociales, vivienda, discapacidad y extranjería. Las dificultades con el idioma de muchas mujeres y su desconocimiento sobre el funcionamiento del sistema judicial y del sistema de protección hacen necesario que se les explique de forma detenida su manera de acceder a estos ya a todos los servicios públicos. Sus dificultades en el manejo de las tecnologías de la información y la comunicación exigen que se les ayude también cuando deben realizar cualquier trámite para ellas mismas o para sus hijos e hijas.