MENORES NO ACOMPAÑADOS

El Tribunal Constitucional coincide con Ceuta: la inmigración exige "solidaridad" de todo el país

Subraya que se trata de un fenómeno "de evidente naturaleza supra-autonómica" que "trasciende el círculo de intereses propios" y "sobrepasa notoriamente" la capacidad de gestión individual.

El Tribunal Constitucional ha aprovechado la sentencia con la que anulado las limitaciones que pretendía introducir Canarias en la acogida de nuevos menores migrantes solos para posicionarse sobre cómo debe enfocarse la gestión de la inmigración entre territorios y administraciones: con “solidaridad” y “colaboración”.

Su postura coincide literalmente con la que viene defendiendo el Gobierno de Ceuta con su presidente a la cabeza ante las reticencias de otras comunidades a acoger niños llegados a las regiones más desbordadas como la ciudad autónoma o el archipiélago.

El veredicto resalta que el tribunal “no puede cerrar los ojos” ante el fondo del asunto e incide en que “la inmigración es un fenómeno de evidente naturaleza supraautonómica que trasciende el círculo de sus intereses propios” y que “sobrepasa notoriamente su capacidad de gestión autónoma”.

El fallo remarca igualmente que la Constitución impone compaginar la “solidaridad” entre todas las nacionalidades y regiones con su derecho a la “autonomía”. 

También recuerda que su jurisprudencia establece que “el Estado y las Comunidades Autónomas están recíprocamente sometidos a un deber general de colaboración que no es preciso justificar en preceptos concretos”, ya que “es de esencia al modelo de organización territorial implantado”.