Ceuta Ya! ha votado este viernes en contra de subir el salario de la actual gerente del ICD, Araceli García, que pasará de cobrar 78.977 euros anuales a ingresar 85.977,78, algo que para los de Mohamed Mustafa no es más que “una sinvergonzonería más a cargo de un Gobierno que no siente el más mínimo respeto por el dinero público”.
Para la formación autonomista, los argumentos presentados para justificar que la señora García vaya a recibir más de 6.000 euros al mes son “una tomadura de pelo”. Así lo ha expresado Julia Ferreras en la reunión de este mediodía: “De entrada, se acude a que existe ahorro y a que la gerente hace frente a un gran volumen de trabajo. Lo primero nos parece de risa. El hecho de que exista ahorro no justifica que se destine a engordar, aún más, las cuentas corrientes de los cargos políticos”.
Y añade: “En cuanto a lo segundo, ni aunque fuera verdad que existe tal volumen de trabajo, lo cual es discutible, se justificaría un aumento por la sencilla razón de que la gerente ya cobra más de 5.500 euros al mes. ¿Dónde hay que cifrar la cantidad que nos parece ‘acorde a la responsabilidad que se ostenta’? ¿Hasta dónde hay que llegar? ¿Cuánto dinero es suficiente?”.
Como “tercera justificación”, el consejero Nicola Cecchi, presidente del ICD, ha manifestado en el órgano que el aumento de retribución es “una forma de estimular a la gerente para que se quede a su lado”. Para Ceuta Ya!, resulta “escandoloso que un representante público diga algo así sin ningún rubor”. Es, desde su punto de vista, “algo que revela que el Gobierno y sus socios siguen sin vivir en la misma realidad que el resto de ceutíes”.
Ceuta Ya! señala que es “indignante que, en una ciudad con los índices de pobreza y exclusión como la nuestra, se acometan este tipo de tropelías con el dinero de todos y todas”. En esa línea, Ferreras ha expresado en la Junta Rectora que “la subida salarial de la gerente no obedece a ninguna carga de trabajo ni a ningún remanente, sino a que el Gobierno ha establecido para sus cargos y sus socios un salario mínimo de 6.000 euros. Obedece a que, al parecer, aquí todo el mundo tiene que cobrar ese dinero. Es un verdadero cachondeo”, finaliza.
