Debajo de cada paso procesional, bien sea de palio o de misterio, el peso que soporta cada costalero afecta a la parte cervical, entre otras zonas del cuerpo; por ello es necesaria una preparación física previa como pauta principal.
En ocasiones, para prevenir, desde la época de ensayo los costaleros se ponen en manos de centros como Fiosomega. La parte que más sufre es el famoso “morrillo”, es decir, la zona cervical, de ahí la relevancia de tomar medidas preventivas como una buena protección de las áreas corporales que más esfuerzo realizan.
Aunque la fe de estos costaleros les ayude a levantar las tallas de sus titulares, el cuidado físico no puede olvidarse ni dejarse de lado para evitar lesiones.